Gemas de Colores
Diamante de laboratorio de colores
¿Sabías que existen diamantes de colores? Así es. La piedra más dura del mundo también puede presentar distintos colores, tales como amarillo, verde, rosa, azul, rojo y negro, entre otros.
La composición química sigue siendo carbono cristalizado, pero con rastros de nitrógeno, boro y otros componentes, así como distintas técnicas de radiación post-cultivo que nos dan esos vibrantes tonos.
Debido a que tienen una dureza máxima de 10 unidades en la escala de Mohs, Perpetua puede garantizar las propiedades ópticas e integridad física de estos diamantes de por vida.
Moissanitas de colores
Las moissanitas de colores conjugan lo mejor de dos mundos: las atractivas tonalidades de las piedras de color, con el deslumbrante e incomparable brillo de las moissanitas.
Su composición química sigue siendo Carburo de Silicio cristalizado, pero con algunos componentes y tratamientos post-cultivo para lograr estos colores de manera permanente.
Al tratarse de la gema más brillante del mundo con un índice de refracción de 2.65 unidades, los colores se ven acompañados de destellos muy pronunciados y una dureza extrema de 9.25 en la escala de Mohs. Por esta razón, Perpetua puede garantizar las propiedades ópticas e integridad física de estas moissanitas de por vida.
Zafiros de laboratorio
Los zafiros son reconocidos por su vibrante color azul profundo, aunque también podemos encontrarlos en otros colores, tales como amarillo, rosa y verde, entre otros.
Tienen una dureza de 9 unidades en la escala de Mohs, convirtiéndolos en una de las gemas más duras y por ende de mayor durabilidad en una pieza de joyería. Por tal, podemos garantizar sus propiedades ópticas e integridad física de por vida.
Al igual que los zafiros naturales, los zafiros de laboratorio están compuestos por Óxido de Aluminio y presentan algunos rastros de hierro y titanio, que es lo que otorga su color azul característico. En Perpetua únicamente manejamos zafiros de laboratorio creados por el método Czochralski a presión negativa, que nos brinda piedras sumamente limpias, minimizando las burbujas que se generan durante el proceso de cultivo.
Esmeraldas de laboratorio
Las esmeraldas son fácilmente reconocibles por su deslumbrante color verde y la elegancia de su aspecto.
Pertenecen a la familia del berilio y en su composición encontraremos algunos rastros de vanadio, que le otorgan su característico color verde. A pesar de su belleza, la esmeralda es una piedra relativamente frágil, ya que alcanza únicamente 7.5 unidades en la escala de Mohs, requiriendo de un uso más cuidadoso en comparación con otras gemas más duras.
En muchas culturas, la esmeralda es frecuentemente asociada con renovación, el crecimiento y la prosperidad.
Rubíes de laboratorio
El rubí, al igual que el zafiro, pertenece a la familia de los corindones y están compuestos por óxido de aluminio. Sólo que, a diferencia del zafiro, presenta rastros de cromo, que le otorga su característico color rojo intenso.
Tienen una dureza de 9 unidades en la escala de Mohs, convirtiéndolos en una de las gemas más duras y por ende de mayor durabilidad en una pieza de joyería. Por tal, podemos garantizar sus propiedades ópticas e integridad física de por vida.
En Perpetua únicamente manejamos rubíes de laboratorio creados por el método Czochralski a presión negativa, que nos brinda piedras sumamente limpias, minimizando las burbujas que se generan durante el proceso de cultivo.
Turmalina Paraíba de laboratorio
Esta gema es una de las menos conocidas, pero al mismo tiempo una de las más enigmáticas y que rápidamente se empieza a popularizar debido a su color.
Fue descubierta en Brasil en la década de 1980 y ha llamado mucho la atención debido a su vibrante color azul/verde eléctrico y su altísima cristalinidad. Está compuesta por borosilicato de aluminio y litio con algunos rastros de magnesio, que, según su proporción, afectará la saturación del color desde más tenue a más profundo.
Sin embargo, es una gema delicada, ya que cuenta con 7 a 7.5 unidades de dureza en la escala de Mohs, por lo cual requiere de un uso más cuidadoso que otro tipo de gemas.